Ese personaje que abunda en toda la geografía española, que no es precisamente una especie en vías de extinción, es experto en su negocio y en su sector sí, pero es que además atesora conocimientos de muchos otros oficios sin ser especialista en ninguno de ellos. Una baldosa que se mueve, cambiar el filtro de un grifo, una persiana que se atasca a medio camino o reparar un enchufe. Nada se le resiste.

En el bar con los amigos ha visto un anuncio en la tele en el que prometen que puedes crear una web para tu negocio en unos pocos clics y a un precio sin competencia. Un amigo le espeta “Tú no tienes web, no? Deberías hacer una para tu negocio!” A lo que el chapucero contesta “Una página web… eso lo hago yo con la punta del rabo y me sobra tiempo para venir al bar. Os vais a cagar con mi web!” Valiente ignorante.

El chapucero tiene un pc en casa para su hijo, pero le sobra para hacer una web. Provisto de alicates y cinta aislante se ha postrado al frente de la pantalla del pc dispuesto a crear la página web de su negocio. Mientras el pc arranca el sistema, el tipo va susurrando... “Una página web… Se van a cagar en el bar! Coño, me da que los alicates y la cinta no van a servir para esto”

Mientras susurra esas palabras guarda los alicates y la cinta en su caja de herramientas. Inútil para su nueva chapuza. Recuerda el anuncio en televisión y se dirige a la web que crea webs que lo recibe con varios mensajes. “El dominio de tu empresa… fácil y rápido… tan solo en 4 clics… Llegarás a todos tus clientes…”. Y se lanza a la aventura.

Después de un pesado proceso de registro selecciona su sector de negocio, hasta aquí parece todo bastante sencillo. Va revisando las diferentes plantillas hasta que encuentra una que se adapta a sus necesidades. Todo bien pero ahora empiezan los problemas. Debe personalizar su plantilla. Textos, imágenes, archivos de productos, etc.

A continuación describo una situación imaginaria pero que nuestra experiencia nos ha demostrado que se repite muchas veces. Sigo.

La web para crear webs le pide un archivo básico para personalizar la plantilla. “Suba la imagen de su logotipo”.

EC (El Chapucero): “Coño! Eso me lo envió mi cuñado. Lo tengo en el mail. Pero el mail solo lo tengo configurado en el móvil! Como lo paso al pc?”

Llamada al cuñado que está en una reunión. “Ahora no puedo, te llamo mañana.”

Al día siguiente y después de un buen rato navegando por webmails, configuraciones y descargando archivos, consigue tener el logo de su negocio en su pc.

EC: “Esta tarde cuando llegue a casa termino la web. Se van a cagar en el bar.”

Y por la tarde la web que crea webs lo recibe pidiendo usuario y contraseña.
EC: “Joder… qué contraseña puse ayer!!??? Menuda mierda! Y luego tengo que enviar 6 facturas!”

Después de terminar el proceso de recuperar la contraseña, se dispone a subir el logo para personalizar su plantilla hasta que la web responde: “La imagen supera el tamaño máximo permitido. Seleccione otro archivo”

EC: “Me cago en Bill Gates! Como que supera el tamaño? Pero si cabe bien en la pantalla de mi móvil! Cómo no va a caber aquí??? Joder… me faltan las facturas y luego hacen el partido… hoy me lo pierdo!”

Llamada al cuñado.
EC: “Oye, que el archivo del logo está mal. Dice que supera el tamaño.”
Cuñado: “Qué resolución tiene la imagen de tu logo?”
EC: “Y a mí que me cuentas? Qué es eso de la resolución?”
Cuñado: “Es el tamaño de la imagen”
EC: “Aquí pone 14 Mb.”
Cuñado: “Noooo…. eso es el tamaño en que ocupa en el disco. Dime el tamaño de la imagen”
EC: “Y cómo se mira eso?”
Cuñado: “… Oye tengo que dejarte que tengo una visita y luego me voy a ver el partido. Hablamos el lunes”

EC: “Mierda! He olvidado enviar las facturas! Hoy no veo el partido!”

El cuñado se olvida de llamar, el chapucero está revisando facturas y atendiendo a sus clientes. La web puede dejarla para el fin de semana cuando tenga un rato libre. Pero este fin de semana es la fiesta del Pilar. Vale, lo dejaremos para el que viene.

Y en el bar están sus amigos cagados, sí, pero de la risa viendo al valiente chapucero sucumbir ante la pantalla de ordenador que se le resiste para subir un archivo y terminar algo que parecía que en cuatro clics iba a estar listo.

Y así pasa el tiempo hasta que varias semanas más tarde recuerda que tiene que acabar la web de su negocio. Y al volver a entrar a la web que crea webs en pocos clics, le recibe otra vez pidiendo usuario y contraseña.

EC: “La contraseña? Jodeeeeeeeer… Ya no me acuerdo… No tengo tiempo para esto”

Y entonces hace lo más sensato que podía hacer. Abre un buscador y escribe “Empresas de diseño web”. Navega por varios resultados hasta que selecciona uno de ellos. En su web aparece un teléfono y llama.

El chapucero coge aire y exhala todos sus males con la web en un suspiro liberador.
Al otro lado del teléfono se escucha... “Festucs webs, dígame”.

En una semana su web está diseñada, publicada y funcionando.

Y en el bar se vuelven a cagar, pero esta vez porque quieren tener una web para sus negocios como la que tiene ahora el chapucero.


Con esto no pretendo criticar esas webs que prometen crear webs en pocos clics. Este tipo de plataformas son muy potentes pero, por más fácil que lo pongan, siempre será necesario que el usuario que está delante de la pantalla tenga unos conocimientos mínimos en el tratamiento de imágenes, en el uso general de un pc o en la diferencia entre el tamaño de una imagen y tamaño que ocupa en disco.

Algo que para muchos es básico, para otros es un dolor de cabeza. Y es aquí donde entra festucs. Queremos que nuestro cliente nos transmita las necesidades de su empresa, que se libere de los problemas que le suponen estas tareas y nos las traspase a nosotros que sí somos profesionales en este sector.

Sabemos cómo hacer webs y las hacemos bien.